Un tranvía llamado deseo
Coreografía
Mauricio Wainrot es uno de los coreógrafos más destacados del mundo. Sobresalen en su vasta trayectoria haber sido director y coreógrafo del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín de Buenos Aires durante diecisiete años, coreógrafo permanente del Royal Ballet of Flanders de Bélgica por once años, director Artístico de Les Ballets Jazz de Montreal, Canadá y coreógrafo en Hildesheim Stadtheater, Alemania. Fue invitado por el Ballet de la Opera de Goteborg de Suecia para presentar un programa con las obras Ana Frank, entre otras obras. Trabajó con prestigiosas compañías como el English National Ballet, el Hannover Opera Ballet, la Bat Dor Dance Company of Israel, el Ballet Real de Wallonie, el Ballet Nacional de Chile y el Ballet Nacional Sodre. Creó un centenar y medio de obras que ha montado en más de cincuenta compañías. Logró crear un estilo propio. Él se considera “completamente barroco”, siendo el movimiento la esencia de su trabajo. En sus ballets el movimiento no se detiene, sube y baja constantemente, usando el suelo y el aire. Los saltos, elevaciones sostenidas, el pasaje de un bailarín a otro y el fraseo en canon son una constante. Movimiento que, por momentos, se intensifica por la gran cantidad de bailarines que suele poner en escena, pero también se hace más íntimo, trabajando con dúos y tríos. En su vocabulario las diferentes técnicas y estilos se mezclan sin ningún problema. Busca en sus bailarines personalidades diferentes. Wainrot explora “qué es lo que tienen para decir con lo que yo les estoy dando” y “cómo pueden transformarlo en algo propio”. Por eso necesita que tengan imaginación, fantasía y ductilidad, además de la técnica, que la da por descontada. Disfruta mucho del proceso de montaje, lo considera una mezcla de “algo lúdico”, en el que libera el costado infantil necesario para crear y jugar, pero también algo “intelectual”, en el que la parte adulta aparece para analizar, limpiar y corregir. También apuesta a un trabajo rápido, sin detenerse todo el tiempo en las correcciones, para evitar que el proceso se vuelva tedioso. “Pienso que hay obras que son muy buenas, pero fueron enseñadas con tanto rigor y poco acercamiento a los bailarines que hacen que sean frías y no trascienden, mientras hay otras que a los bailarines les encanta bailar, y eso es el cincuenta por ciento del suceso”, concluye.
Argumento
Basada en una versión libre de la obra teatral “Un tranvía llamado deseo”, de Tennessee Williams, Mauricio Wainrot crea su coreografía y puesta en escena, con la que la obra original finaliza: su versión comienza cuando la protagonista del ballet, Blanche DuBois, es llevada a un hospital para enfermos mentales. Los acontecimientos más importantes de su vida son recreados a través de sucesivos flashbacks que reviven en forma constante y obsesiva los nudos desencadenantes de la progresiva crisis de Blanche: el suicidio de su marido, la imposible convivencia con su hermana y su cuñado Stanley Kowalski, la relación con Mitch -de quién recibe afecto y confianza- y sobre todo el permanente enfrentamiento con Stanley. El coreógrafo muestra la personalidad dividida de Blanche mediante la multiplicación en escena de varias Blanche que se confunden y se mezclan. Este recurso potencia los efectos estéticos y dramáticos que revelan la desesperación, la locura y los jirones deshilvanados de la memoria de la protagonista.
Blanche y Stanley son dos personajes que se atraen y se rechazan. Representan, al mismo tiempo, dos mundos y dos culturas diferentes. Son también paradigmas de dos épocas que se enfrentan sin ninguna posibilidad de comprensión.
Ficha técnica
Reparto
Los mismos están sujeto a cambios.
Blanche Dubois
Vanessa Fleita (6 y 9)
Careliz Povea (7)
Mel Olveira (10)
Rosina Gil (11)
Stanley Kowalski
Sandro Fernandes (6, 9, y 11)
Fabián Sosa (7 y 10)
Stella Kowalski
Jennifer Ulloa (6 y 9)
Paula Penachio (7)
Nadia Mara (10)
Sofía Newell (11)
Allan
Damián Torío (6, 7, 9 y 11)
Mitch
Walter Lateulade (6, 7 y 9)
Gabriel Scarponi (10 y 11)
Amigo de Allan
Acaoã Theóphilo (6, 7 y 9)
Ignacio Lombardo (10)
Oscar Escudero (11)
Vecina, Eunice
Liliana González (6, 7 y 9)
Romina Grecco (10)
Tatiana Pérez (11)
Vecino, Steve
Erik Kim (6, 7 y 9)
Emanuel Gómez (10 y 11)
Joven
Fabián Sosa (6 y 9)
Lucas Moya (7)
Oscar Escudero (10)
Ignacio Lombardo (11)
Bailarines
Primeros bailarines
Vanessa Fleita
Rosina Gil
Alejandro González
Nadia Mara
Melissa Oliveira
Paula Penachio
Ciro Tamayo
Damián Torío
Solistas
Gabriela Flecha
Ariele Gomes
Guillermo González
Sergio Muzzio
Careliz Povea
Cuerpo de baile
Alejandra Acosta
Paula Acosta
Joyce Alves
Ismael Arias
Sebastián Arias Corifeo
Rocío Bazerque
Marta Beiersdorff
Julio Bernal
Camila Bontá
Agustina Burgueño
Mariana Carbajal
Natalia Carrerou
Santiago Correa
Tatiana Cruz
Oscar Escudero
Sandro Fernandes
Jorge Ferreira
Mirza Folco
Sofía Galván
Clara Gasso
Emanuel Gómez
Alfonsina González
Liliana González
Romina Grecco
Maia Güida
Erik Kim
Walter Lateulade
Larissa Lins
Ignacio Lombardo
Yasmin Lomondo
Ignacio Macri
Alejandra Martínez
Julián Mendosa
Lucas Moya
Sofía Newell
Agustín Pereyra
Tatiana Pérez
Fátima Quaglia
Nathiany Ribeiro
Ariadna Sánchez
Luiz Santiago
Gabriel Scarponi
Fabián Sosa
Archie Sullivan
Acaoã Theóphilo
Jennifer Ulloa
Walkiria Weber
Dramaturgia
Tennessee Williams (1911-1983) fue un destacado dramaturgo, actor, poeta y novelista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer en dos oportunidades (1948, 1955).
Nació cincuenta años después de terminada la guerra de Secesión (1861-1865) en Columbus, población del estado de Mississippi. La inestable situación laboral de su padre lo llevó a enfrentar varias mudanzas, siempre en el sur de Estados Unidos, hasta que se instaló junto a su madre y dos hermanos en la casa de sus abuelos maternos.
En sus memorias, el escritor recuerda sus primeros ocho años de vida en Mississippi: “los más gozosos e inocentes de mi vida gracias a la beneficiosa vida hogareña que nos procuraban mis adorados abuelos, los Dakin, con quienes vivíamos, y al disparatado mundo semi imaginario en que nos movíamos con mi hermana Rose y Ozzie, nuestra preciosa niñera negra, un mundo aparte y casi invisible para los demás”.
Con un padre viajero y violento, él y sus hermanos crecieron junto a sus abuelos, por lo que conocía muy bien los valores, las tradiciones, pautas sociales y representaciones del viejo sur, tan presentes de forma crítica en sus obras y personajes. En 1918 la familia se trasladó a St. Louis, Missouri, al norte de Estados Unidos, momento que vivió como traumático. Allí, estuvo postrado durante dos años tras sufrir un severo caso de difteria. Para que aprovechara el tiempo, su madre le regaló una máquina de escribir usada, la que, definitivamente, marcó su vida. Su vida también fue marcada por la lenta enfermedad mental que sufría su hermana mayor, Rose, quien -tras años de tratamientos y decenas de internaciones- fue sometida a una lobotomía que la dejó sin capacidad de comunicación.
El éxito de “Un tranvía llamado deseo” en 1947 hizo que Tennesse Williams pudiera costear la hospitalización de su hermana. Hasta el momento de su muerte, en 1983, él gran dramaturgo del SXX se hizo cargo de Rose. Lyle Leverich, biógrafo de Williams, afirmó que las “dos devociones" del dramaturgo eran "su carrera como escritor y su hermana Rose”.
Williams refleja el miedo a la locura en ésta y otras obras. Parte de una carta que escribió a su agente en 1942 decía: “El mayor trauma de mi vida fue la tragedia de mi hermana, que tenía el mismo problema nervioso con el que yo vivo, y que le resultó insoportable y decidió escapar”.
Su nombre original era Thomas Lanier Williams III, pero -por su acento sureño- desde muy joven sus compañeros lo llamaban Tennessee, nombre del que luego se apropió.
Tras licenciarse en Filosofía y Letras en Iowa en 1938, volvió al sur, a New Orleans, un espacio geográfico un espacio geográfico que es protagonista de sus obras y especialmente de “Un tranvía llamado deseo”
“Un tranvía llamado deseo” (1947), considerada una de las obras cumbre de Tennesse Williams. Fue su segundo éxito después de “El zoológico de cristal” (1945). “Una pieza verdaderamente poderosa”, señala Medina. Considera que por sus “personajes delicados”, sus “representaciones de naturaleza universal” y por animarse a tocar temas impactantes y tabú en la época, la obra “probó ser muy eficaz en su manera de llegar al público”, lo que la convirtió en un gran éxito.
Su protagonista, Blanche DuBois, pertenece a una rica familia aristocrática del sur de Estados Unidos. Vivió en la plantación de Belle Rêve, la cual se fue perdiendo lentamente con las enfermedades, muertes y entierros de los familiares y los negros esclavos. Ese mundo, en el que la joven Blanche era respetada solamente por su apellido y donde su cultura, modales y valores valían más que cualquier dinero, desapareció. Sin embargo ella se resiste a aceptar que su mundo ya no existe. No puede hacerlo. O no quiere hacerlo. Por eso, cuando llega a instalarse en la modestísima habitación en la que vive su hermana Stella junto a su marido Stanley Kowalski, en New Orleans, lo hace como la gran señora que fue hace un tiempo, aunque no le queda más que una maleta de esa vida. Sueña con millonarios, con criadas, con un mundo que en ese momento resulta irreal y mira con desprecio todo el entorno en el que vive su hermana.
Desde un primer momento la relación con su cuñado Stanley marca un enfrentamiento. Son dos polos opuestos, que se repelen pero también en cierta forma se atraen. Ella rechaza a Stanley, pero no puede evitar intentar seducirlo.
Su constante necesidad de agradar y sentirse deseada en un mundo evidentemente hostil la lleva a buscar un aliado un amigo de Stanley, Mitch, a quien percibe como “superior a los demás”. Lo ve como un caballero en un mundo de bestias, aunque Kowalski se encargará de que conozca todo su pasado para asegurarse de que su cuñada se aleje de manera definitiva de su vida.
Blanche subestima el mundo de su hermana, pero no tiene otro lugar a donde ir. Sin poder salir de su propia burbuja, su llegada genera caos en la habitación en la que convive con su hermana y su cuñado.
Stanley Kowalski es para ella el nuevo mundo, el hombre que se hizo a sí mismo, triunfador de la Segunda Guerra Mundial. Seguro, sencillo, violento, vicioso y trabajador, es feliz con estar con una esposa que ama, llegar a su casa y comer sin modales en la mesa y poder tomar alcohol, jugar al póquer o a los bolos.
Se siente hastiado de ser increpado y despreciado constantemente por su cuñada. Él no ve en ella (como sí lo hace Stella) a una persona sensible, frágil y herida. Él ve a una mentirosa. Por eso hace todo lo posible por desenmascararla y descubrir que ha sido expulsada de su pueblo y de su trabajo por sus incansables aventuras amorosas con desconocidos.
“Las emociones son extremas de principio a fin. Por los acontecimientos y, quizá más, por las palabras”, señala Medina. A Williams lo considera un poeta, y por eso cree que “todos sus personajes son a su manera ‘delicados’. No solo la pretenciosa y trágica Blanche DuBois”, asegura.
“Béla Bartók es mi amigo”, casi suspira Wainrot. Lo considera uno de sus compositores favoritos, junto con Stravinski y Shostakóvich. Para Mauricio Wainrot la música de sus ballets no puede ser una música de aeropuerto o de lobby de hotel, comúnmente llamada funcional. Por eso siempre apuesta a músicas fuertes. Bartók le gusta por la búsqueda que el compositor hace. Elige para “Un tranvía llamado deseo” fragmentos de varias obras.
Nacido en 1881 en Nagyszenmiklós, hoy Sinnicolua Mare, actual Rumania, es considerado uno de los mayores representantes de su país por su gran labor como pianista, compositor e investigador de la música folclórica de Europa oriental.
Su vida en un territorio azotado por las guerras mundiales y las modificaciones de los mapas a partir de los Tratados de Paz no fue fácil. Su padre murió cuando él era muy niño y, debido a que su madre trabajaba de institutriz, tuvieron que mudarse a varias ciudades.
Muchos lo describen como un niño solitario y luego, de adulto, como un nómade solitario en busca de un ideal. Ya convertido en gran compositor y pianista, en 1905 comenzó junto al músico Zoltán Kodály la tarea de intentar recuperar la auténtica música folclórica, al igual que Stravinski lo hizo en Rusia. Estuvo alrededor de treinta años en esta tarea, recorriendo pueblo tras pueblo con un rudimentario fonógrafo y haciendo anotaciones en papel pautado, generando un archivo inmenso.
El resultado de unificar la música folclórica con una perspectiva modernista fue la creación de algo “fuera de lo común”, señala el investigador y músico Guilherme de Alencar Pinto. Tan fuera de lo común que una crítica del periódico inglés Daily Mail de 1923 llegó a preguntarse si eso era música. “Su música es muy rica, casi siempre con un fundamento muy intelectual, muy carneado racionalmente, pero al mismo tiempo es sumamente vigorosa, sumamente emotiva, aunque contenida. Es una emotividad contenida, que no es lo mismo que ausencia de emotividad”, afirma de Alencar Pinto.
Además, Bartók inventó nuevas formas de estructurar los sonidos, generando nuevos tipos de tonalidades, las cuales –agrega el musicólogo- “a su vez sirvieron para establecer el puente entre el lenguaje moderno de vanguardia y algunas de las fuentes folclóricas a las que recurrió”.
Trascendió las fronteras como músico y el ascenso del nazismo le generó problemas que lo llevaron a pensar en salir del país. Primero sacó los manuscritos y, comenzada la guerra, se fue a Estados Unidos junto con su familia.
Durante el exilio sufrió mucho. Nunca llegó a adaptarse a su nueva vida y se le hacía difícil componer. El trabajo le era escaso, a pesar de recibir ciertos apoyos. En 1943 aparecieron los primeros síntomas de leucemia, enfermedad de la que murió en 1945 en Estados Unidos. En 1988 sus restos fueron repatriados a su tierra natal. Entre sus obras se destacan “El castillo de Barba Azul” (ópera), “El príncipe de madera” y “El mandarín maravilloso” (ballets), “Concierto para piano n.° 1”, “Allegro bárbaro para piano”, “Música para cuerdas, percusión y celesta”, “Sonata para dos pianos y percusión”, “Sonata para violín”, “Concierto para piano n.° 3” y “Concierto para viola.
Vestuario y escenografía
Carlos Gallardo (1944-2008) fue un enorme y multifacético artista plástico, escenógrafo y diseñador de vestuario argentino. Un artista quien, a partir de una formación relacionada con el diseño, experimentó con diferentes lenguajes como la pintura, la escultura, la fotografía y, por supuesto, el diseño.
Tras iniciarse como diseñador industrial, se volcó a la comunicación visual. En este camino fue director de Arte del Teatro San Martín de Buenos Aires, de la Editorial Abril, la Editorial Hyspamerica y de Ediciones Summa. Al mismo tiempo y de manera independiente, trabajó con el Teatro Colón y Argentina Televisora Color.
Para los amantes de la danza, sus trabajos parecen inseparables de las coreografías de Mauricio Wainrot, con quien comenzó a trabajar en 1984 y de quien fue pareja durante treinta años. Por uno de estos trabajos que realizaron juntos, el ballet “La tempestad”, recibió el Benois de la Danse en 2007 por escenografía y vestuario. Su trabajo con el ballet lo ocupó de modo tal que tomó la decisión de dejar la gráfica.
En todos los trabajos que realizaron juntos durante esas tres décadas, imaginaban y discutían las ideas y cómo llevarlas adelante. Mientras que Wainrot decidía las coreografías y elementos a trabajar, Gallardo ambientaba y vestía esas ideas. Era un ida y vuelta constante en el que ambos artistas se complementaban perfectamente.
Según Wainrot, en “Un tranvía llamado deseo” la idea fue intentar mostrar el ambiente del manicomio como un espacio de encierro. Una caja con muchas puertas, de la que nadie puede salir. El coreógrafo lo describe así: “Locos dentro de una lata de sardinas. Todos encerrados y maltratados”. Algo que funcionó increíblemente con el trabajo de iluminación que realizó José Luis Fioruccio.
Sodre
Autoridades Nacionales
Dr. Luis Lacalle Pou
Presidente de la República
Esc. Beatriz Argimón
Vicepresidenta de la República
Dr. Pablo Da Silveira
Ministro de Educación y Cultura
Dra. Ana Ribeiro
Subsecretaria
Dr. Pablo Landoni
Director general de secretaría
Autoridades SODRE
Consejo directivo del SODRE
Mag. Martín Inthamoussú
Presidente
Adela Dubra
Vicepresidenta
Dr. Claudio Aguilar
Consejero
Equipo de gestión del SODRE
Lic. Horacio Urrutia
Director de marketing y desarrollo
Mtro. Gerardo Moreira
Asesor artístico
Diego Scarani
Gerente
Maria Emil Saldaña
Gerente de comunicación
Comunicación SODRE
Magela Camelo, Diego García, Karina Scarone y Leonel Schmidt
Comunicación institucional
Bruno Alvarez, Elena Maldonado y Jorge Sayagués
Diseño gráfico
Alicia Carballo, Ana Castillo
Video
Equipo bns
Equipo artístico:
María Riccetto
Directora Artística
Marina Sánchez
Asistente de dirección artística
Lorena Fernández y Miriam Kescherman
Maestras
Julio Minetti y Sarah Seoane
Maestros de clase
Maite Gómez
Coordinadora de producción artística
Equipo de gestión:
Chiqui Barbé
Directora Ejecutiva
Gustavo Casco
Gerente de logística
Estefani Buela
Coordinadora administrativa
María José Azarola
Inspectora interina
Camila Damiani
Diseño de comunicación visual
Equipo técnico:
Martín Segovia
Stage manager
Pamela Cuenca
Asistente de audio y video
Pablo Pulido
Asistente de iluminación
Pianistas:
Esteban Urtiaga
Repertorio
Adrián Braida
Clase
José Vicente
Clase
Fisioterapeutas:
Helena Pehar y Elisa Guaraglia
Equipo Auditorio
Auditorio nacional Dra. Adela Reta
Gonzalo Halty
Director Ejecutivo
Natasha Belli
Coordinadora Ejecutiva
Andrea Fantoni
Directora Gestión de Públicos, Proyectos educativos y sociales
Soledad Canetti
Coordinadora Gestión de Públicos, Proyectos educativos y sociales
Lilian Ponce
Gerenta Capital Humano
Gimena Vigouroux
Coordinadora Capital Humano
Eric Fayos
Administración
Kenneth Strongitharm
Gerente Financiero Contable
Pablo Panzacchi
Director Infraestructura y Mantenimiento
Leonardo Martínez
Jefe Gestión de Operaciones
Joaquín García
Jefe Gestión de Mantenimiento
José López, Matías Servia y Héctor Ticino
Técnicos Operaciones y Mantenimiento
Chris Umpiérrez
Jefe Infraestructura Eléctrica
Gustavo López y Nicolás Santos
Técnico Infraestructura Eléctrica
Cecilia Saravia
Jefa Atención al Público
María Victoria Medina
Coordinadora Atención al Público
Tatiana Busch, María Nella Lebeque, Luciano Muñoz, Diego Nava y Renata Valente
Supervisores Atención al Público
Raúl Carzul
Supervisor Boletería
Soledad Portugal
Boletería
Ana Castillo
Video
Federico Ferrari
Cadete
Mayra Serra
Directora Técnica
Bruno Antúnez, Rosalía García e Irene Willat
Producción Técnica
María Emilia Olivares
Administrativa Producción
Alejandra Fleurquin
Jefa Escenario
Magdalena Charlo, Leandro Garzina, Tatiana Keidanski y Juan Lauz
Técnicos Regidores Escenario
Sebastián Cybulski
Jefe Iluminación
Ximena Seara
Sub jefa Iluminación
Diego Amaro, Sofía Arocena, Ana Chiara, Jimena Correa, Rosina Daguerre, Pablo García, Andrés Maroñas, Paula Martell, Luis Paiva, Lucía Rubbo y Martín Siri
Técnicos Iluminación
Javier Viña
Jefe Audio y Video
Sebastián Acosta, Gustavo Cunha, Gerardo Fernández, Martín González, Florencia Hernández, Javier von Sanden y Diego Vidal (s)
Técnicos Audio y Video
David Rosa
Jefe Maquinaria
Gabriela Fagúndez
Sub jefa Maquinaria
Patricio Alfonso, Diego Castro, Juan Colo, Braulio Dutra, Andres Falciola, Nicolás Feirer, Alfonsina Fernández, Martín González, Magalí Luraschi, Leandro Miglionico, Ricardo Pereira, Pablo Sila y María Cristina Vares
Técnicos Maquinaria
Andrea Peveroni
Jefa Realización Escenográfica
Emiliano Alaniz, Rodrigo de Freitas, Ricardo Riverol y Emanuel Smart
Taller Realización Escenográfica
Larisa Erganian, Ángel Jiménez, Martín Pitamiglio y Ricardo Rosa
Taller Utilería
Gustavo Petkoff
Coordinador Pintura Escénica
Tamara Rehermann, Miguel Robaina y Florencia Viera
Técnicos Pintura Escénica
Amparo Alloza
Jefa Vestuario
Lucia Mangado
Sub Jefa de vestuario
Rossana Caraballo
Coordinadora técnica vestuario
Rosario Acuña, Liliana Carballo, Carolina Fernández, Alba Hassan, Irma Motta y Patricia Sabatino
Técnicas Sastrería
Natalia Arriaga, Mariana Bardecio, Gabriela Barretto, Adela López y Pilar Puig
Técnicas Caracterización y Accesorios
Leandro Cardozo y Fabian Pacheco
Apoyo a la producción Técnicos Audio y Video
Paola Pappa
Técnicos Taller de Escenografía
Lucia Godoy, Andres Guido, Ana Paula Segundo, Marcelo Staino, Juan Pablo Viera y Victoria Tello
Técnicos Iluminación
Virginia Bouissa, Noelia Rodriguez y Sofia Sellanes
Técnicos de Caracterización y Accesorios
Lorena Rosano
Técnicos Taller Utilería
Agradecimientos
Antel, Banco de la República Oriental del Uruguay y su Directorio, Blue Cross & Blue Shield de Uruguay, UCM, Banco de Seguros del Estado, Gabriel Gurméndez, Fernando Quarneti, Rosario González Stewart, José Amorín Batlle, Annabela Suburú, Mario García, Marion D’Ottone, Pablo Fernández, Jorge Díaz, Silvana Olivera Igarzábal, Guillermo Scheck, Magdalena Scheck, Emilio Vidal Scheck, Germán Guardado, Karina Porteiro y Sofía Torrendell
CND, José Luis Puig, Ángel Fachinetti, Alfredo Asti, Sergio Fernández, Beatriz Moratorio, Mario Morgan, Agencia F&F, Sandra Mouliá, Raquel Minetti, Mónica Bonhomme, Rosario Eugui, Nadine Sarno, Susana Paiva, Guzmán Moresco, Ministerio de Economía y Finanzas, Ministerio de Turismo, Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa Nacional, Ministerio de Relaciones Exteriores, Uruguay XXI, Dirección Nacional de Aduanas, Dirección Nacional de Migración, Dirección General de Registro de Estado Civil, Dirección Nacional de Identificación Civil, Dirección Nacional de Cultura, Administración Nacional de Educación Pública, Ciudadanía Cultural MEC, Hotel Radisson, Canal 10, Canal 12, TV Ciudad, TNU, VTV, Nuevo Siglo, TCC, Allegro HD, El Espectador, Azul Fm, Radio Carve, Radio Montecarlo, Radio Oriental, Radio Universal, Radio Sarandí, Radio Cero, Océano Fm, CORI, Radiodifusión Nacional Uruguay (Radio Uruguay, Emisora del Sur, Babel, Clásica), Metrópolis Fm, Radiomundo, La 30 Radio Nacional, El Observador, Revista Sinfónica, +BUS.
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