Un tranvía llamado deseo

Coreografía

Mauricio Wainrot es uno de los coreógrafos más destacados del mundo. Sobresalen en su vasta trayectoria haber sido director y coreógrafo del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín de Buenos Aires durante diecisiete años, coreógrafo permanente del Royal Ballet of Flanders de Bélgica por once años, director Artístico de Les Ballets Jazz de Montreal, Canadá y coreógrafo en Hildesheim Stadtheater, Alemania. Fue invitado por el Ballet de la Opera de Goteborg de Suecia para presentar un programa con las obras Ana Frank, entre otras obras. Trabajó con prestigiosas compañías como el English National Ballet, el Hannover Opera Ballet, la Bat Dor Dance Company of Israel, el Ballet Real de Wallonie, el Ballet Nacional de Chile y el Ballet Nacional Sodre. Creó un centenar y medio de obras que ha montado en más de cincuenta compañías. Logró crear un estilo propio. Él se considera “completamente barroco”, siendo el movimiento la esencia de su trabajo. En sus ballets el movimiento no se detiene, sube y baja constantemente, usando el suelo y el aire. Los saltos, elevaciones sostenidas, el pasaje de un bailarín a otro y el fraseo en canon son una constante. Movimiento que, por momentos, se intensifica por la gran cantidad de bailarines que suele poner en escena, pero también se hace más íntimo, trabajando con dúos y tríos. En su vocabulario las diferentes técnicas y estilos se mezclan sin ningún problema. Busca en sus bailarines personalidades diferentes. Wainrot explora “qué es lo que tienen para decir con lo que yo les estoy dando” y “cómo pueden transformarlo en algo propio”. Por eso necesita que tengan imaginación, fantasía y ductilidad, además de la técnica, que la da por descontada. Disfruta mucho del proceso de montaje, lo considera una mezcla de “algo lúdico”, en el que libera el costado infantil necesario para crear y jugar, pero también algo “intelectual”, en el que la parte adulta aparece para analizar, limpiar y corregir. También apuesta a un trabajo rápido, sin detenerse todo el tiempo en las correcciones, para evitar que el proceso se vuelva tedioso. “Pienso que hay obras que son muy buenas, pero fueron enseñadas con tanto rigor y poco acercamiento a los bailarines que hacen que sean frías y no trascienden, mientras hay otras que a los bailarines les encanta bailar, y eso es el cincuenta por ciento del suceso”, concluye.

 

Argumento

 

Basada en una versión libre de la obra teatral “Un tranvía llamado deseo”, de Tennessee Williams, Mauricio Wainrot crea su coreografía y puesta en escena, con la que la obra original finaliza: su versión comienza cuando la protagonista del ballet, Blanche DuBois, es llevada a un hospital para enfermos mentales. Los acontecimientos más importantes de su vida son recreados a través de sucesivos flashbacks que reviven en forma constante y obsesiva los nudos desencadenantes de la progresiva crisis de Blanche: el suicidio de su marido, la imposible convivencia con su hermana y su cuñado Stanley Kowalski, la relación con Mitch -de quién recibe afecto y confianza- y sobre todo el permanente enfrentamiento con Stanley. El coreógrafo muestra la personalidad dividida de Blanche mediante la multiplicación en escena de varias Blanche que se confunden y se mezclan. Este recurso potencia los efectos estéticos y dramáticos que revelan la desesperación, la locura y los jirones deshilvanados de la memoria de la protagonista.

Blanche y Stanley son dos personajes que se atraen y se rechazan. Representan, al mismo tiempo, dos mundos y dos culturas diferentes. Son también paradigmas de dos épocas que se enfrentan sin ninguna posibilidad de comprensión.

 

 

 

Ficha técnica

Reparto

Los mismos están sujeto a cambios.

 

Blanche Dubois

Vanessa Fleita (6 y 9)

Careliz Povea (7)

Mel Olveira (10)

Rosina Gil (11)

 

Stanley Kowalski

Sandro Fernandes (6, 9, y 11)

Fabián Sosa (7 y 10)

 

Stella Kowalski

Jennifer Ulloa (6 y 9)

Paula Penachio (7)

Nadia Mara (10)

Sofía Newell (11)

 

Allan

Damián Torío (6, 7, 9 y 11)

 

Mitch

Walter Lateulade (6, 7 y 9)

Gabriel Scarponi (10 y 11)

 

Amigo de Allan

Acaoã Theóphilo (6, 7 y 9)

Ignacio Lombardo (10)

Oscar Escudero (11)

 

Vecina, Eunice

Liliana González (6, 7 y 9)

Romina Grecco (10)

Tatiana Pérez (11)

 

Vecino, Steve

Erik Kim (6, 7 y 9)

Emanuel Gómez (10 y 11)

 

Joven

Fabián Sosa (6 y 9)

Lucas Moya (7)

Oscar Escudero (10)

Ignacio Lombardo (11)

 

 

Bailarines

 

 

Primeros bailarines

 

 

Vanessa Fleita

Rosina Gil

Alejandro González

Nadia Mara

Melissa Oliveira

Paula Penachio

Ciro Tamayo

Damián Torío

Solistas

 

Gabriela Flecha

Ariele Gomes

Guillermo González

Sergio Muzzio

Careliz Povea

 

Cuerpo de baile

 

Alejandra Acosta

Paula Acosta

Joyce Alves

Ismael Arias

Sebastián Arias Corifeo

Rocío Bazerque

Marta Beiersdorff

Julio Bernal

Camila Bontá

Agustina Burgueño

Mariana Carbajal

Natalia Carrerou

Santiago Correa

Tatiana Cruz

Oscar Escudero

Sandro Fernandes

Jorge Ferreira

Mirza Folco

Sofía Galván

Clara Gasso

Emanuel Gómez

Alfonsina González

Liliana González

Romina Grecco

Maia Güida

Erik Kim

Walter Lateulade

Larissa Lins

Ignacio Lombardo

Yasmin Lomondo

Ignacio Macri

Alejandra Martínez

Julián Mendosa

Lucas Moya

Sofía Newell

Agustín Pereyra

Tatiana Pérez

Fátima Quaglia

Nathiany Ribeiro

Ariadna Sánchez

Luiz Santiago

Gabriel Scarponi

Fabián Sosa

Archie Sullivan

Acaoã Theóphilo

Jennifer Ulloa

Walkiria Weber

 

 

Dramaturgia

 

Tennessee Williams (1911-1983) fue un destacado dramaturgo, actor, poeta y novelista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer en dos oportunidades (1948, 1955).

Nació cincuenta años después de terminada la guerra de Secesión (1861-1865) en Columbus, población del estado de Mississippi. La inestable situación laboral de su padre lo llevó a enfrentar varias mudanzas, siempre en el sur de Estados Unidos, hasta que se instaló junto a su madre y dos hermanos en la casa de sus abuelos maternos.

En sus memorias, el escritor recuerda sus primeros ocho años de vida en Mississippi: “los más gozosos e inocentes de mi vida gracias a la beneficiosa vida hogareña que nos procuraban mis adorados abuelos, los Dakin, con quienes vivíamos, y al disparatado mundo semi imaginario en que nos movíamos con mi hermana Rose y Ozzie, nuestra preciosa niñera negra, un mundo aparte y casi invisible para los demás”.

Con un padre viajero y violento, él y sus hermanos crecieron junto a sus abuelos, por lo que conocía muy bien los valores, las tradiciones, pautas sociales y representaciones del viejo sur, tan presentes de forma crítica en sus obras y personajes. En 1918 la familia se trasladó a St. Louis, Missouri, al norte de Estados Unidos, momento que vivió como traumático. Allí, estuvo postrado durante dos años tras sufrir un severo caso de difteria. Para que aprovechara el tiempo, su madre le regaló una máquina de escribir usada, la que, definitivamente, marcó su vida. Su vida también fue marcada por la lenta enfermedad mental que sufría su hermana mayor, Rose, quien -tras años de tratamientos y decenas de internaciones- fue sometida a una lobotomía que la dejó sin capacidad de comunicación.

El éxito de “Un tranvía llamado deseo” en 1947 hizo que Tennesse Williams pudiera costear la hospitalización de su hermana. Hasta el momento de su muerte, en 1983, él gran dramaturgo del SXX se hizo cargo de Rose. Lyle Leverich, biógrafo de Williams, afirmó que las “dos devociones" del dramaturgo eran "su carrera como escritor y su hermana Rose”.

Williams refleja el miedo a la locura en ésta y otras obras. Parte de una carta que escribió a su agente en 1942 decía: “El mayor trauma de mi vida fue la tragedia de mi hermana, que tenía el mismo problema nervioso con el que yo vivo, y que le resultó insoportable y decidió escapar”.

Su nombre original era Thomas Lanier Williams III, pero -por su acento sureño- desde muy joven sus compañeros lo llamaban Tennessee, nombre del que luego se apropió.

Tras licenciarse en Filosofía y Letras en Iowa en 1938, volvió al sur, a New Orleans, un espacio geográfico un espacio geográfico que es protagonista de sus obras y especialmente de “Un tranvía llamado deseo”

“Un tranvía llamado deseo” (1947), considerada una de las obras cumbre de Tennesse Williams. Fue su segundo éxito después de “El zoológico de cristal” (1945). “Una pieza verdaderamente poderosa”, señala Medina. Considera que por sus “personajes delicados”, sus “representaciones de naturaleza universal” y por animarse a tocar temas impactantes y tabú en la época, la obra “probó ser muy eficaz en su manera de llegar al público”, lo que la convirtió en un gran éxito.

Su protagonista, Blanche DuBois, pertenece a una rica familia aristocrática del sur de Estados Unidos. Vivió en la plantación de Belle Rêve, la cual se fue perdiendo lentamente con las enfermedades, muertes y entierros de los familiares y los negros esclavos. Ese mundo, en el que la joven Blanche era respetada solamente por su apellido y donde su cultura, modales y valores valían más que cualquier dinero, desapareció. Sin embargo ella se resiste a aceptar que su mundo ya no existe. No puede hacerlo. O no quiere hacerlo. Por eso, cuando llega a instalarse en la modestísima habitación en la que vive su hermana Stella junto a su marido Stanley Kowalski, en New Orleans, lo hace como la gran señora que fue hace un tiempo, aunque no le queda más que una maleta de esa vida. Sueña con millonarios, con criadas, con un mundo que en ese momento resulta irreal y mira con desprecio todo el entorno en el que vive su hermana.

Desde un primer momento la relación con su cuñado Stanley marca un enfrentamiento. Son dos polos opuestos, que se repelen pero también en cierta forma se atraen. Ella rechaza a Stanley, pero no puede evitar intentar seducirlo.

Su constante necesidad de agradar y sentirse deseada en un mundo evidentemente hostil la lleva a buscar un aliado un amigo de Stanley, Mitch, a quien percibe como “superior a los demás”. Lo ve como un caballero en un mundo de bestias, aunque Kowalski se encargará de que conozca todo su pasado para asegurarse de que su cuñada se aleje de manera definitiva de su vida.

Blanche subestima el mundo de su hermana, pero no tiene otro lugar a donde ir. Sin poder salir de su propia burbuja, su llegada genera caos en la habitación en la que convive con su hermana y su cuñado.

Stanley Kowalski es para ella el nuevo mundo, el hombre que se hizo a sí mismo, triunfador de la Segunda Guerra Mundial. Seguro, sencillo, violento, vicioso y trabajador, es feliz con estar con una esposa que ama, llegar a su casa y comer sin modales en la mesa y poder tomar alcohol, jugar al póquer o a los bolos.

Se siente hastiado de ser increpado y despreciado constantemente por su cuñada. Él no ve en ella (como sí lo hace Stella) a una persona sensible, frágil y herida. Él ve a una mentirosa. Por eso hace todo lo posible por desenmascararla y descubrir que ha sido expulsada de su pueblo y de su trabajo por sus incansables aventuras amorosas con desconocidos.

“Las emociones son extremas de principio a fin. Por los acontecimientos y, quizá más, por las palabras”, señala Medina. A Williams lo considera un poeta, y por eso cree que “todos sus personajes son a su manera ‘delicados’. No solo la pretenciosa y trágica Blanche DuBois”, asegura.

 

 

 

Música

“Béla Bartók es mi amigo”, casi suspira Wainrot. Lo considera uno de sus compositores favoritos, junto con Stravinski y Shostakóvich. Para Mauricio Wainrot la música de sus ballets no puede ser una música de aeropuerto o de lobby de hotel, comúnmente llamada funcional. Por eso siempre apuesta a músicas fuertes. Bartók le gusta por la búsqueda que el compositor hace. Elige para “Un tranvía llamado deseo” fragmentos de varias obras.

Nacido en 1881 en Nagyszenmiklós, hoy Sinnicolua Mare, actual Rumania, es considerado uno de los mayores representantes de su país por su gran labor como pianista, compositor e investigador de la música folclórica de Europa oriental.

Su vida en un territorio azotado por las guerras mundiales y las modificaciones de los mapas a partir de los Tratados de Paz no fue fácil. Su padre murió cuando él era muy niño y, debido a que su madre trabajaba de institutriz, tuvieron que mudarse a varias ciudades.

 

Muchos lo describen como un niño solitario y luego, de adulto, como un nómade solitario en busca de un ideal. Ya convertido en gran compositor y pianista, en 1905 comenzó junto al músico Zoltán Kodály la tarea de intentar recuperar la auténtica música folclórica, al igual que Stravinski lo hizo en Rusia. Estuvo alrededor de treinta años en esta tarea, recorriendo pueblo tras pueblo con un rudimentario fonógrafo y haciendo anotaciones en papel pautado, generando un archivo inmenso.

El resultado de unificar la música folclórica con una perspectiva modernista fue la creación de algo “fuera de lo común”, señala el investigador y músico Guilherme de Alencar Pinto. Tan fuera de lo común que una crítica del periódico inglés Daily Mail de 1923 llegó a preguntarse si eso era música. “Su música es muy rica, casi siempre con un fundamento muy intelectual, muy carneado racionalmente, pero al mismo tiempo es sumamente vigorosa, sumamente emotiva, aunque contenida. Es una emotividad contenida, que no es lo mismo que ausencia de emotividad”, afirma de Alencar Pinto.

Además, Bartók inventó nuevas formas de estructurar los sonidos, generando nuevos tipos de tonalidades, las cuales –agrega el musicólogo- “a su vez sirvieron para establecer el puente entre el lenguaje moderno de vanguardia y algunas de las fuentes folclóricas a las que recurrió”.

Trascendió las fronteras como músico y el ascenso del nazismo le generó problemas que lo llevaron a pensar en salir del país. Primero sacó los manuscritos y, comenzada la guerra, se fue a Estados Unidos junto con su familia.

Durante el exilio sufrió mucho. Nunca llegó a adaptarse a su nueva vida y se le hacía difícil componer. El trabajo le era escaso, a pesar de recibir ciertos apoyos. En 1943 aparecieron los primeros síntomas de leucemia, enfermedad de la que murió en 1945 en Estados Unidos. En 1988 sus restos fueron repatriados a su tierra natal. Entre sus obras se destacan “El castillo de Barba Azul” (ópera), “El príncipe de madera” y “El mandarín maravilloso” (ballets), “Concierto para piano n.° 1”, “Allegro bárbaro para piano”, “Música para cuerdas, percusión y celesta”, “Sonata para dos pianos y percusión”, “Sonata para violín”, “Concierto para piano n.° 3” y “Concierto para viola.

 

Vestuario y escenografía

Carlos Gallardo (1944-2008) fue un enorme y multifacético artista plástico, escenógrafo y diseñador de vestuario argentino. Un artista quien, a partir de una formación relacionada con el diseño, experimentó con diferentes lenguajes como la pintura, la escultura, la fotografía y, por supuesto, el diseño.

Tras iniciarse como diseñador industrial, se volcó a la comunicación visual. En este camino fue director de Arte del Teatro San Martín de Buenos Aires, de la Editorial Abril, la Editorial Hyspamerica y de Ediciones Summa. Al mismo tiempo y de manera independiente, trabajó con el Teatro Colón y Argentina Televisora Color.

Para los amantes de la danza, sus trabajos parecen inseparables de las coreografías de Mauricio Wainrot, con quien comenzó a trabajar en 1984 y de quien fue pareja durante treinta años. Por uno de estos trabajos que realizaron juntos, el ballet “La tempestad”, recibió el Benois de la Danse en 2007 por escenografía y vestuario. Su trabajo con el ballet lo ocupó de modo tal que tomó la decisión de dejar la gráfica.

En todos los trabajos que realizaron juntos durante esas tres décadas, imaginaban y discutían las ideas y cómo llevarlas adelante. Mientras que Wainrot decidía las coreografías y elementos a trabajar, Gallardo ambientaba y vestía esas ideas. Era un ida y vuelta constante en el que ambos artistas se complementaban perfectamente.

Según Wainrot, en “Un tranvía llamado deseo” la idea fue intentar mostrar el ambiente del manicomio como un espacio de encierro. Una caja con muchas puertas, de la que nadie puede salir. El coreógrafo lo describe así: “Locos dentro de una lata de sardinas. Todos encerrados y maltratados”. Algo que funcionó increíblemente con el trabajo de iluminación que realizó José Luis Fioruccio.

 

 

 

 

Sodre

Autoridades Nacionales

 

Dr. Luis Lacalle Pou

Presidente de la República

Esc. Beatriz Argimón

Vicepresidenta de la República

Dr. Pablo Da Silveira

Ministro de Educación y Cultura

Dra. Ana Ribeiro

Subsecretaria

Dr. Pablo Landoni

Director general de secretaría

 

 

Autoridades SODRE

 

Consejo directivo del SODRE

Mag. Martín Inthamoussú

Presidente

Adela Dubra

Vicepresidenta

Dr. Claudio Aguilar

Consejero

 

Equipo de gestión del SODRE

Lic. Horacio Urrutia

Director de marketing y desarrollo

Mtro. Gerardo Moreira

Asesor artístico

Diego Scarani

Gerente

Maria Emil Saldaña

Gerente de comunicación

 

Comunicación SODRE

Magela Camelo, Diego García, Karina Scarone y Leonel Schmidt

Comunicación institucional

Bruno Alvarez, Elena Maldonado y Jorge Sayagués

Diseño gráfico

Alicia Carballo, Ana Castillo

Video

 

 

Equipo bns

 

Equipo artístico:

 

María Riccetto

Directora Artística

 

Marina Sánchez

Asistente de dirección artística

 

Lorena Fernández y Miriam Kescherman

Maestras

 

Julio Minetti y Sarah Seoane

Maestros de clase

 

Maite Gómez

Coordinadora de producción artística

 

Equipo de gestión:

 

Chiqui Barbé

Directora Ejecutiva

 

Gustavo Casco

Gerente de logística


Estefani Buela

Coordinadora administrativa

 

María José Azarola

Inspectora interina

 

Camila Damiani

Diseño de comunicación visual


Equipo técnico:

 

Martín Segovia

Stage manager

 

Pamela Cuenca

Asistente de audio y video

 

Pablo Pulido

Asistente de iluminación

 

 

Pianistas:

 

Esteban Urtiaga

 Repertorio

 

Adrián Braida

Clase

 

José Vicente

Clase

 

 

Fisioterapeutas:

 

Helena Pehar y Elisa Guaraglia



Equipo Auditorio

 

Auditorio nacional Dra. Adela Reta

 

Gonzalo Halty

Director Ejecutivo

 

Natasha Belli

Coordinadora Ejecutiva

 

Andrea Fantoni

Directora Gestión de Públicos, Proyectos educativos y sociales

 

Soledad Canetti

Coordinadora Gestión de Públicos, Proyectos educativos y sociales

 

Lilian Ponce

Gerenta Capital Humano

 

Gimena Vigouroux

Coordinadora Capital Humano

 

Eric Fayos

Administración

 

Kenneth Strongitharm

Gerente Financiero Contable

 

Pablo Panzacchi

Director Infraestructura y Mantenimiento

 

Leonardo Martínez

Jefe Gestión de Operaciones

 

Joaquín García

Jefe Gestión de Mantenimiento

 

José López, Matías Servia y Héctor Ticino

Técnicos Operaciones y Mantenimiento

 

Chris Umpiérrez

Jefe Infraestructura Eléctrica

 

Gustavo López y Nicolás Santos

Técnico Infraestructura Eléctrica

 

Cecilia Saravia

Jefa Atención al Público


María Victoria Medina

Coordinadora Atención al Público

 

Tatiana Busch, María Nella Lebeque, Luciano Muñoz, Diego Nava y Renata Valente

Supervisores Atención al Público

 

Raúl Carzul

Supervisor Boletería


Soledad Portugal

Boletería

 

Ana Castillo

Video

 

Federico Ferrari

Cadete

 

Mayra Serra

Directora Técnica

 

Bruno Antúnez, Rosalía García e Irene Willat

Producción Técnica

 

María Emilia Olivares

Administrativa Producción

 

Alejandra Fleurquin

Jefa Escenario

 

Magdalena Charlo, Leandro Garzina, Tatiana Keidanski y Juan Lauz

Técnicos Regidores Escenario

 

Sebastián Cybulski

Jefe Iluminación

 

Ximena Seara

Sub jefa Iluminación

 

Diego Amaro, Sofía Arocena, Ana Chiara, Jimena Correa, Rosina Daguerre, Pablo García, Andrés Maroñas, Paula Martell, Luis Paiva, Lucía Rubbo y Martín Siri

Técnicos Iluminación

 

Javier Viña

Jefe Audio y Video


Sebastián Acosta, Gustavo Cunha, Gerardo Fernández, Martín González, Florencia Hernández, Javier von Sanden y Diego Vidal (s)

Técnicos Audio y Video

 

David Rosa

Jefe Maquinaria

 

Gabriela Fagúndez

 Sub jefa Maquinaria

 

Patricio Alfonso, Diego Castro, Juan Colo, Braulio Dutra, Andres Falciola, Nicolás Feirer, Alfonsina Fernández, Martín González, Magalí Luraschi, Leandro Miglionico, Ricardo Pereira, Pablo Sila y María Cristina Vares

Técnicos Maquinaria

 

Andrea Peveroni

Jefa Realización Escenográfica

 

Emiliano Alaniz, Rodrigo de Freitas, Ricardo Riverol y Emanuel Smart

Taller Realización Escenográfica

 

Larisa Erganian, Ángel Jiménez, Martín Pitamiglio y Ricardo Rosa

Taller Utilería

 

Gustavo Petkoff

Coordinador Pintura Escénica

 

Tamara Rehermann, Miguel Robaina y Florencia Viera

Técnicos Pintura Escénica

 

Amparo Alloza

Jefa Vestuario

 

Lucia Mangado

Sub Jefa de vestuario

 

Rossana Caraballo

Coordinadora técnica vestuario

 

Rosario Acuña, Liliana Carballo, Carolina Fernández, Alba Hassan, Irma Motta y Patricia Sabatino

Técnicas Sastrería

 

Natalia Arriaga, Mariana Bardecio, Gabriela Barretto, Adela López y Pilar Puig

Técnicas Caracterización y Accesorios

 

Leandro Cardozo y Fabian Pacheco

Apoyo a la producción Técnicos Audio y Video

 

Paola Pappa

Técnicos Taller de Escenografía

 

Lucia Godoy, Andres Guido, Ana Paula Segundo, Marcelo Staino, Juan Pablo Viera y Victoria Tello

Técnicos Iluminación

 

Virginia Bouissa, Noelia Rodriguez y Sofia Sellanes

Técnicos de Caracterización y Accesorios

 

Lorena Rosano

Técnicos Taller Utilería

 

 

 

Agradecimientos

Antel, Banco de la República Oriental del Uruguay y su Directorio, Blue Cross & Blue Shield de Uruguay, UCM, Banco de Seguros del Estado, Gabriel Gurméndez, Fernando Quarneti, Rosario González Stewart, José Amorín Batlle, Annabela Suburú, Mario García, Marion D’Ottone, Pablo Fernández, Jorge Díaz, Silvana Olivera Igarzábal, Guillermo Scheck, Magdalena Scheck, Emilio Vidal Scheck, Germán Guardado, Karina Porteiro y Sofía Torrendell

 

CND, José Luis Puig, Ángel Fachinetti, Alfredo Asti, Sergio Fernández, Beatriz Moratorio, Mario Morgan, Agencia F&F, Sandra Mouliá, Raquel Minetti, Mónica Bonhomme, Rosario Eugui, Nadine Sarno, Susana Paiva, Guzmán Moresco, Ministerio de Economía y Finanzas, Ministerio de Turismo, Ministerio del Interior, Ministerio de Defensa Nacional, Ministerio de Relaciones Exteriores, Uruguay XXI, Dirección Nacional de Aduanas, Dirección Nacional de Migración, Dirección General de Registro de Estado Civil, Dirección Nacional de Identificación Civil, Dirección Nacional de Cultura, Administración Nacional de Educación Pública, Ciudadanía Cultural MEC, Hotel Radisson, Canal 10, Canal 12, TV Ciudad, TNU, VTV, Nuevo Siglo, TCC, Allegro HD, El Espectador, Azul Fm, Radio Carve, Radio Montecarlo, Radio Oriental, Radio Universal, Radio Sarandí, Radio Cero, Océano Fm, CORI, Radiodifusión Nacional Uruguay (Radio Uruguay, Emisora del Sur, Babel, Clásica), Metrópolis Fm, Radiomundo, La 30 Radio Nacional, El Observador, Revista Sinfónica, +BUS.

 

 El BNS agradece especialmente a los integrantes del BNS Amigos, que con su apoyo y compromiso colaboran con el crecimiento de la compañía.

 

 El BNS recibe diariamente El País, semanalmente Búsqueda/Galería y mensualmente Revista Sinfónica.

 

Apoyan al BNS

programa_JULIO_2021_2.pdf